Aprobados ensayos clínicos de una nueva terapia contra la insuficiencia cardíaca


La Agencia Europea del Medicamento aprueba el paso a la fase de ensayos clínicos del nuevo tratamiento, basado en el uso de Células Madre Mesenquimatosas.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en muchos países del mundo: cada año más de 1,7 millones de europeos sufren un infarto. En España sigue siendo la primera causa de muerte, seguidas del cáncer y de las enfermedades respiratorias. La mayor parte de víctimas de un infarto son sometidas a una angioplastia que desbloquea la arteria dañada por el infarto. No obstante, la angioplastia, aunque restablece el suministro sanguíneo, no puede reparar tejidos o músculo dañados por el accidente cardiovascular, por lo que un elevado porcentaje de supervivientes de un infarto desarrollan insuficiencia cardíaca causada por dichos daños. La insuficiencia cardíaca limita severamente la calidad de vida de los pacientes, hasta el punto de llegar a incapacitarles para llevar una vida normal. La insuficiencia cardíaca es un trastorno que afecta a cerca del 2% de la población adulta en todo el mundo.

El nuevo tratamiento ha sido desarrollado con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que han sufrido un infarto. Consistiría en inyectar células madre mesenquimatosas (MSC, del inglés Mesenchymal Stem Cells) en las arterias coronarias del paciente al mismo tiempo que se lleva a cabo la angioplastia, dentro de las doce horas posteriores al infarto. En los ensayos llevados a cabo hasta ahora con modelos animales, la inyección de células madre aumentó el número de venas en la región afectada por el infarto, impidió la formación de cicatrices y mejoró de forma significativa el funcionamiento muscular, evitando así la aparición de insuficiencia cardíaca.

Los resultados de los primeros experimentos han sido realmente esperanzadores, por lo que la Agencia Europea del Medicamento ha aprobado el paso a la siguiente fase de ensayos, la fase 2, esta vez con humanos. La fase 2 del ensayo tiene como objetivo principal comprobar la seguridad y eficacia del producto durante un período de seis meses, aunque se seguirá monitorizando el efecto del tratamiento durante un período de hasta 36 meses. Hospitales británicos, holandeses y belgas ensayarán el nuevo tratamiento en 225 pacientes, poniendo a prueba su seguridad y eficacia. Se espera en un futuro ampliar el número de pacientes a otros países no europeos como por ejemplo Australia o los EE.UU.

Si los ensayos siguen teniendo éxito, se espera poder emplear este nuevo medicamento en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, angina crónica o ataques al corazón (infarto agudo de miocardio). Los expertos coinciden en que la nueva terapia, de tener éxito, podría suponer un avance substancial en el tratamiento de infartos severos.

fuente: medicina21.com

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