La India recibe pacientes para tratamientos con células madre prohibidos en otros países

Una polémica clínica de Nueva Delhi utiliza terapias avanzadas para intentar curar pacientes afectados por esclerosis múltiple, diabetes o Alzheimer.

NUEVA DELHI – En diciembre de 2007, Amy Scher, cogió un avión a la India, ingresó en la clínica Nu Tech Mediworld de Nueva Delhi y comenzó la primera fase de un tratamiento experimental con células madre. Su doctor en EEUU le advirtió sobre las consecuencias de un protocolo aún no probado, pero Scher, una californiana de 27 años, no progresaba con la medicina tradicional y estaba harta de visitas constantes a urgencias. 

Scher padece una forma crónica de la enfermedad de Lyme, que en un primer momento no le había sido diagnosticada y que provoca serios daños al sistema nervioso. Tras unos meses analizando sus opciones médicas, de hablar con diversas personas que se habían sometido a estos tratamientos en la India y de informarse sobre las terapias disponibles en su país, decidió que el sistema norteamericano no podía ayudarla. Y viajó a la India.

Durante ocho semanas le inyectaron células madre y se sometió a una intensa terapia física. La primera ronda de inyecciones del tratamiento tiene un coste de entre 20.000 y 30.000 dólares (entre 13.000 y 20.000 euros) y su seguro médico no lo cubre.

Aparente mejora

Steven Harris, el médico norteamericano de Scher, señala que actualmente su paciente “no presenta síntomas” de la enfermedad. No sabe si ha desaparecido o si simplemente está latente, pero reconoce que los tratamientos parecen haber ayudado.

Scher regresó de la India con un examen SPECT, que mide el flujo sanguíneo en el cerebro. Antes de ir allí, señala Harris, éste era deficiente. “Al final de su paso [por India], un nuevo examen demostró la normalización del flujo sanguíneo, lo que se traduce en una mejora de la función cerebral”. Scher ya no toma medicamentos estabilizadores ni fármacos para el corazón. Y el dolor crónico, constante desde el 2001, ha desaparecido.

Sin embargo, algunos científicos y expertos en células madre en Occidente sostienen que pacientes como Scher se someten a un enorme riesgo al ir a la India a recibir estos tratamientos experimentales. El problema, afirman, es la falta de legislación sobre el uso de células madre en el mundo en desarrollo.

El Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR) permite el uso de células madre –en estado embrionario- si el problema o enfermedad es considerado incurable. Pero el doctor Satish Totey, director científico de Stempeutics, una empresa de células madre, y secretario del Foro Indio de Investigación con Células Madre (SCRFI) cree que se necesita una normativa más estricta.

“No hay nada en las normativas del ICMR que en realidad se pueda considerar una normativa”, asegura. A diferencia de Occidente, la India nunca ha vivido una polémica por la manipulación o destrucción de embriones humanos, lo que se traduce en una ventaja para los doctores de esta especialidad en el país.

Sin embargo, el auge de las clínicas privadas que ofrecen terapias con células madre ha desatado un nuevo tipo de debate. Como no se ha demostrado la eficacia ni seguridad de la mayoría de estos tratamientos, los médicos cuestionan la propia existencia de este tipo de establecimientos médicos.

En el centro de la polémica está la doctora Geeta Shroff, que trató a Scher. Su férrea independencia e inteligencia la han convertido en blanco de críticas y desdén. Considerada una pionera, Shroff ha desarrollado una tecnología a través de la cual, y con el uso de sólo un embrión, puede tratar unos 600 pacientes con problemas de Alzheimer, esclerosis múltiple, problemas renales, parálisis cerebral o diabetes.

Semanas de inyecciones

La técnica de Shroff también es peculiar porque ha producido embriones de células madre sin usar productos de ningún animal. La experta las convierte en una sustancia transparente que se inyecta al paciente. Los tratamientos incluyen cuatro a ocho semanas de inyecciones con una intensa terapia física. En el caso de una enfermedad progresiva, como la esclerosis múltiple, el primer objetivo es estabilizar al paciente para evitar un mayor deterioro y, posteriormente, comenzar un trabajo de reconstrucción mediante el uso de células madre.

Cuanto mayor sea el daño, se necesita más tiempo para que las células madre comiencen la regeneración. En una enfermedad estática, como una embolia o una herida de la espina dorsal, las células madre tienen que evitar el tejido cicatrizado y formar conexiones a su alrededor. Los pacientes que vienen en busca de una “cura milagrosa” a menudo quedar decepcionados, afirma Shroff. Las células madre necesitan tiempo para regenerar el cuerpo y a menudo pueden pasar meses o años, dependiendo del problema.

La doctora Shroff comenzó su carrera como experta en infertilidad. Eso y su experiencia como ginecóloga la ayudaron a financiar sus primeras investigaciones, que realizaba en el garaje de casa. Así también aprendió sobre los embriones y las células madre.

Lleva nueve años tratando pacientes y afirma que nadie ha tenido efectos secundarios. Varios pacientes accedieron a enseñar sus informes médicos, mostraron cómo podían mover los dedos del pie que hace un tiempo no tenían sensibilidad, y compartieron detalles de su paso por la clínica, incluyendo las quejas por la comida. Sin embargo, la comunidad científica mantiene su escepticismo.

Fuente: lainformacion.com

1 comentarios:

EL PROFE dijo...

Por el hecho de que sea la India no hay que desconfiar del tratamiento. Se necesita vivir en un pais adelantado para dares uno cuenta de que no todo esta adelantado. En Estados Unidos un medico desaucia a cualquier enfermo mas rapido que la caida de una divisa. En la India hay mucha gente preparada, y si una enfermedad es cronica vale la pena intentarlo. Vive con una enfermedad cronica y dime si la legislacion medica vale 5 centavos.

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